Algún día el hombre comprenderá
que la libertad no proviene
de negociar la esperanza,
ni de vender el hambre,
ni de alquilar el silencio,
sino de vivir la realidad
sin la tiranía del prejuicio,
de amarse a sí mismo en los demás
y dejar que la sangre funda
revoluciones en cada latido,
creciendo constantemente hacia el futuro.
Algún día, el hombre sentirá
que se pertenece a sí mismo
y apagará los miedos.
Y será digno de vivir en adultez.
Y hablando del hombre, yo he conocido a uno,
mejor dicho, la historia de un hombre
que quiso saber cuántos hombres lo amaban.
Para saberlo,… decidió morir.
.
Es una historia antigua,
que tiene muchos siglos…y no tiene final.
Porque hoy, aquel hombre que ha muerto,
prefiere el beneficio de la duda
… a saber la verdad.
Ocurrió que los hombres recordaron su muerte,
pero sólo recurrieron al recuerdo
cuando necesitaron justificarse en él.
Fue entonces cuando aquel hombre
comprendió que el amor tal vez
fuera un pretexto necesario
para seguir viviendo.
Por eso es que prefiere la duda.
…Y está muerto.
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