jueves, 27 de mayo de 2010

Hadrian Bagration

MADRE

.

De existir ese esquivo paraìso

aún manchado con la sangre del pecado,

hallaré allí ese rostro bienamado

que en la fugaz niñez… me fue negado,

que mi adulto rencor ha despreciado

y que mi tosca inmadurez… no quiso.

Un tiempo eterno…, puro…, llano y liso

te regresará los años que has pasado

en infinita espera…, abandonados;

a su mezquina suerte maniatados,

al reino del olvido consagrados

por el capricho… de un advenedizo.

Milagros no he de obrar; el amor hizo

que aquel edén que - terco - te he vedado

por tu mano me fuera regalado;

que musites que nada haya cambiado,

que afirmes que lo bueno ha perdurado,

aunque tu orgullo… yazga por el piso.

Y si el cielo no fuera, será un rizo

de tu vida; el mejor, donde has guardado

tu humanidad perfecta. Has anulado

la severa sentencia de los hados,

que admiran cabizbajos…, asombrados,

la generosa magia de tu hechizo.

Me abruma la fortuna. Es un aviso

de aquéllo por venir: has anunciado

que en mi lugar del mundo… te has quedado.

Que sostendrás mi tesón malhumorado;

que de algún modo te has enamorado

de tu amor… y su extraño compromiso.

.

Hadrian Bagration

No hay comentarios: