lunes, 14 de abril de 2008

Inocencia perdida

Ahogada ahí, al borde de los siglos

siempre está esa niña abandonada,

aquélla a la que le robaron la muñeca,

la que no pudo elegir el juego y la canción

porque una guerra atroz se avecinaba,

porque el regazo de la madre

se hizo sueño,

simple sueño de despertar llorando;

o el padre que se fue,

que le quitaron,

y no hay puerta que se abra

aunque golpee…

o se quede esperando

sentada en su sillita

que alguien abra esa puerta

crecida como siglos,

la puerta del crimen y la ofensa,

la puerta de la sangre y de la muerte,

la puerta del vejamen y los golpes,

de los gritos, del insulto y la pelea,

de la ciega bofetada y el escarnio…

tan huérfano como ella.

-

Nidia Burgos

No hay comentarios: