lunes, 28 de enero de 2008

María de nadie

María, que estás tan sola,

qué pena tu soledad,

se ocultan en tu silencio

presencias que ya no están.

Promesas, que sólo fueron promesas,

te envuelven, con una vieja tibieza,

María de nunca, María de nadie,

María, María nomás.

estribillo

María de nadie, qué triste color

tus ojos de pena, tu pena de amor,

las horas sin sueño y el viejo café,

tu mundo sin dueño y un tiempo sin fe,

ahora ya es tarde, ahora el dolor,

María de nadie, no tienes amor.

Angustia de los espejos

que muestran la realidad,

nostalgia de algún momento

que nunca regresará.

La noche, mensaje triste de sombras,

te hiere con un dolor que te nombra.

estribillo bis

Letra : Alfredo Mario Iaquinandi

Música : Eladia Blázquez

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